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Las compras directas realizadas por el sector zona franca a nivel local pasaron de 80 mil millones de pesos en el 2020 a un total de 130 mil millones en 2022. En 2023 esas compras totalizarán los 150 mil millones.
Las cifras demuestran el impacto positivo de esa actividad económica en suelo dominicano, y que el presidente de la Asociación Dominicana de Zonas Francas (Adozona), Luis José Bonilla, usa para destacar , el aumento porcentual en las compras de las zonas francas entre 2020 y 2022 fue del 62.5%.
Respecto al futuro que tiene previsto Bonilla, entonces el incremento de este año será del 15.38 % respecto al pasado 2022.
“Son compañías que se han adaptado y que han visto enormes oportunidades en zonas francas, porque las zonas francas necesitan de todo… Necesitan de lámparas, de electricidad, de productos de ensambles, de logística”, apuntó, respondiendo a una y otras preguntas formuladas en el encuentro.
Luis José Bonilla conoce al dedillo el tema, lleva años involucrado en él, y lo ha hecho no solo a través de su empresa, sino también por vía de Adozona, institución “sombrilla de los zonafranqueros” creada en 1988.
En materia de zonas francas es una autoridad y voz autorizada para referirse no sólo a los logros alcanzados y a los aportes de las citadas empresas al producto interno bruto, sino además a lo importante que ha sido contar con la Ley 8-90, conocida como “Ley de Fomento y Desarrollo de las Zonas Francas Industriales de Exportación”, que fue promulgada el 12 de enero de 1990.
Establece el marco legal y los incentivos para la creación y operación de las zonas francas en el país. Algunos de los aspectos clave que aborda esta ley incluyen la definición y creación de las zonas francas como áreas geográficas del territorio nacional en las que se promueve la instalación de empresas dedicadas a la producción de bienes y servicios para la exportación.
La ley establece una serie de beneficios e incentivos fiscales y aduanales para las empresas que operan en las zonas francas. Estos beneficios incluyen exenciones de impuestos sobre la renta, impuestos de importación y exportación, entre otros. Además de hacer formales los requisitos y regulaciones que deben cumplir las empresas para operar en las zonas francas.
Luis José Bonilla rememoró que la primera zona franca en República Dominicana se inauguró en La Romana. La segunda se inauguró en Santiago (La Víctor Espaillat Mera), y desde entonces, esas empresas se han expandido por todo el territorio dominicano, y desempeñan un papel importante en la economía del país, al fomentar la inversión extranjera y la generación de empleo.
“Estamos en 28 provincias. Donde no estamos es precisamente en la frontera, porque la ley fronteriza da mejores opciones, que la 8-90. Las empresas que hay en esa parte del país se acogen a la ley fronteriza”, calculó.
Fuente: El Caribe