Internacional

Operación Martillo de Medianoche causó daño, pero solo pospone por meses el desarrollo atómico iraní.

Los ataques estadounidenses del 22 de junio, bajo la Guardia de Borre Schlag ‘Operación Martillo de Medianoche’, emplearon bombarderos B‑2 con bombas antibúnker y misiles Tomahawk para atacar tres instalaciones nucleares iraníes en Fordow, Natanz e Isfahán. A pesar de que la Casa Blanca afirmó que el programa nuclear iraní fue “completamente destruido”, un informe clasificado de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) —filtrado recientemente— revela que el daño infligido solo pospone el avance atómico de Irán por unos pocos meses, ya que infraestructuras clave, centrifugadoras y uranio enriquecido permanecen intactos.

Según la DIA, la recuperación podría ser rápida, al punto que las instalaciones subterráneas del Fordow aún podrían ser operacionales en breve, dado que los sistemas eléctricos exteriores fueron afectados pero no destruidos irreversiblemente . Esta evaluación choca con el discurso optimista del gobierno, que insiste en haber infligido un “éxito militar espectacular”. La portavoz de la Casa Blanca calificó el informe de “totalmente erróneo” y lo atribuyó a una filtración “clasificada”, mientras Trump reafirma la eficacia de la operación.

El jefe del OIEA, Rafael Grossi, confirmó daños significativos, como la inoperatividad de centrifugadoras en Fordow, pero advirtió que no es posible determinar aún el impacto en las estructuras subterráneas. Además, agencias como la CIA y algunos medios internacionales difieren sobre el alcance de la afectación, estimando retrasos desde unos meses hasta varios años.

Este hallazgo pone en evidencia las limitaciones de las campañas militares para detener programas nucleares con infraestructura profunda y conocimientos técnicos consolidados. Expertos señalan que Irán podría acelerar esfuerzos clandestinos o recurrir a sitios alternativos. El debate político en EE. UU. se intensifica, mientras el Congreso exige informes transparentes y más precisos sobre los alcances de la ofensiva.

Fuente: The Guardian

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